lunes, 14 de septiembre de 2015

Las suelas evanescentes


Mañana el terror volverá a inundar de sangre Tordesillas. De nuevo la maldad, la ignorancia y la “tradición” se vestirán de lanza para cometer otro crimen sin sentido, otro agujero en la naturaleza humana, otra herida en la esperanza y tomarán un nuevo paso hacia la vergüenza.

Mañana un nuevo héroe del dolor será galardonado con la oportunidad de mirar a la luz herida de unos ojos que miran desesperados, cansados, inquisidores y derrotados, antes
de dar la última estocada que la apagará para siempre. Y con ella atravesará otro trozo de nuestra alma. Un alma que respira agonía e impotencia y se desborda en forma de lágrimas que parecen etéreas, que parecen inútiles, que buscan comprensión alrededor y solo encuentran personajes públicos con voces atronadoras que enmudecen con dinero los gritos agonizantes de un toro.


Pero mañana, mañana gritemos con él, gritemos tan alto que el dolor se haga físico, que invada de frío los corazones que se niegan a escuchar, que congele sus voces atronadoras y pare el tiempo y sus lanzas hasta que sientan que todas las batallas que creyeron ganar, las perdieron contra ellos mismos.
Y solo desearía que tú, Rompesuelas, cruelmente bautizado para morir, te deshicieses de ese nombre indigno y lo utilizases para romper a volar y ver a todas sus suelas desvanecerse a lo lejos, muy lejos de ti, donde no puedan contaminarte de maldad, ni acorralarte en sus inseguridades.  Donde puedas ser un verdadero icono de nuestro país, un icono admirado, imponente, vivo y respetado. 

En un mundo donde dejamos morir a personas que huyen de la guerra antes que acogerlas, donde la sociedad olvida las antiguas y presentes tragedias al click de un botón, donde las injusticias nos ahogan, en un mundo donde la hipocresía se desayuna cada día y donde torturamos a un animal hasta su muerte por diversión, en un mundo así sigo creyendo en gente maravillosa con ganas de cambiarlo, creo en esa posibilidad y actuaré cada día para demostrarlo.

Consigamos que mañana sea el último día en que un toro tiene que morir en España, y en el mundo. Llenemos a España de cultura y no de sangre. Consigamos que el mañana eternamente repetido, por fin se detenga.